Últimamente
traigo tan maltrecha
la
epidermis del alma, que su raso
anda
pidiendo a voces un repaso
porque
se ve a la legua que pelecha
Y al
corazón , cansado de la endecha
con la
que con empeño lo acompaso
no le
caben más lágrimas,su vaso
no
puede con tan próspera cosecha
El
cielo, al que suplico festivales
de
arcoíris , pretende evanescente
mi
palabra y la purga en vendavales
De
punta me diluvian los cuchillos...
Tejo
mi verbo en su acerico urente
como
quien hace encaje de bolillos
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