Un
tiempo de fluir delicuescente
sobre
las cosas llega y el reposo
se
derrama en un rito rumoroso
sobre
un mundo durmiente
Se me
vuelve el silencio un clamoroso
grito
en la oscuridad incandescente
que me
acecha y me cerca y no consiente
librarme
de su acoso.
No me
concede el velo
del
sueño que el dolor nos aletarga
y nos
brinda su mínimo consuelo
Quien
sabe de lo amarga
que se
vuelve la vida en el desvelo
de otra
noche fría, triste y larga
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