Someter
a tus venas al cortante
mordisco
del papel en que escribiste
un
poema de amor , que nunca hiciste
llegar
a su destino, no es bastante.
Ni
basta consentir con que adelante
su
ritmo el corazón al que prohibiste
apartarse
del guión en que encubriste
su
vocación por ser sincero amante .
Ayer
hubiese sido suficiente
con un
par de palabras pronunciadas
con el
fervor que añade la ternura.
Yo no
me fío ya de lo aparente,
ni
siquiera si sangra, desandadas
traigo
las rutas hacia la amargura.
Mi alma
, que hoy está a la defensiva,
solo
confía en otra si late en carne viva.
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