sábado, 10 de agosto de 2019

Estrellas fugaces


Otra noche de Agosto
otro celaje
de satén incendiado de lujuria
que invita a levantar la vista al cielo
y a dejarse llevar por el fluir tumultuoso
de las ensoñaciones .

Dan ganas de volver a enamorarse
de la vida,
olvidando
que ella nunca tuvo por costumbre
el casarse con nadie,
y como amante, suele ser ligera
de cascos ,
infiel y desleal,
dispuesta a abandonarte .

Mejor será pisar la tierra firme
y aferrarse a lo poco que sabemos
sólido y sin fisuras.

Pero cómo olvidarse
del azul que me llama
desde la voz profunda de mi memoria antigua
que se acopla al compás de su oleaje.

Pero cómo negarle al corazón
lo que sabe el latido ,
esa querencia
a añorar a la sangre de mi sangre.

Una estrella fugaz
y luego otra
cruzan el firmamento, simulando
ser en la oscuridad
fuegos artificiales.

Tanto sobrio propósito..
y luego , a la primera de cambio lo quebranto
dándoles rienda suelta a mis anhelos.

Cruzo los dedos...
pido
que cuando llegue esa madrugada
de tacto frío y húmedo
que tiene que llegar, para envolverme
en silencio y quietud ,
antes que le mirada se me opaque,
es todo mi deseo
volver a ver el mar.

Si puede ser en calma , y reflejado
en el cristal sereno unos ojos.

Aquellos que solían
ser la fuente en que mana la auténtica ternura
nacida del amor.

Poder sentir de nuevo
sobre mí su tibieza,
que es el único bálsamo capaz de consolarme.

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