viernes, 22 de noviembre de 2019

Tiempo de indóciles


Son siglos de dejar que se marchiten
los ojos de mirar cada penuria
e injusticia del mundo y esa espuria
impunidad con la que se repiten

De qué puede servir que nos inciten
a sentir como propia cada injuria,
cada dolor del otro, si no hay furia
quemando en las gargantas que lo griten.

Ha terminado el tiempo comedido
de los mansos, que elevan su plegaria
hacia el cielo, buscando explicaciones.

Es nuestra esta batalla y un sentido
tendrá la vida si la necesaria
fuerza hallamos en nuestros corazones.


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