martes, 31 de diciembre de 2019

Conjurando al 2020


Cuántas veces resonó
en mi existencia longeva
Año nuevo, vida nueva”
Pues que más quisiera yo...
La madre que me parió
en este preciso día
ni figurarse podía
que con su capricho extraño
me haría empezar el año
con tanta melancolía.

Tras el rito de tomar
doce uvas, grano a grano,
siento mi fin más cercano
y es cuando empiezo a llorar.
Es que toca apechugar
con la verdad que atormenta:
no hay vuelta atrás en la cuenta,
el tiempo es un gran verdugo,
yo, como pasa me arrugo,
no hay otra al cumplir setenta...

Pero no quiero cansar
a la peña con mi cuita,
porque nadie necesita
monsergas para penar.
Así que , mejor brindar
por el nuevo año bisoño:
Si bajo el brazo el retoño
trajese el furor de Dios,
que al menos decirle adiós
podamos todos , ! qué coño!!!”

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