martes, 30 de junio de 2020

Letargia






Las horas pasan lentas.
Pasan lentos los días .

Se dilatan también las estaciones,
hasta que ya no sabes dónde acaba
el invierno ,
cuando tu piel no siente
esa revolución esplendorosa
del febril sarpullido de las flores .

Mi vida es un paisaje
de tiempo detenido
en el que nada fluye,
donde cualquier instante se condensa
hasta volverse un sólido pesar que me avasalla
y me hace suspirar imaginando
cómo será dejarse llevar por el impulso
ligero de la brisa,
hasta un lugar cuya liturgia sea
insustancial y atávica.

Esa que obliga al aire
a que se entregue al cambio por el cambio
y a celebrar la vida.

Pero los sueños tienen
las alas quebradizas y yo ya no recuerdo
en qué aterrizaje de emergencia
traspapelé las mías.

Solo soy un montón apretujado
de friolentas plumas,
que le sirven
de nido a la esperanza.

Quién conoce
los designios ocultos del destino...

Quién sabe
si todavía queda para ella
algún amanecer azul celeste,
donde un rayo de Sol voluntarioso
la venga a rescatar de su devastadora
e inmemorial letargia.





















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