Feraz talud del tiempo , florecido
por recuerdos que son como amapolas
que no se agostan nunca y un sentido
le dan a un corazón que late a solas.
En el grato espejismo consentido
de imágenes, llegando en suaves olas
añorantes, se entrega al colorido
y rítmico danzar de sus corolas.
Quién no anhela tenderse en este lecho
esponjado de afectos , mientras siente
como escapa un suspiro de su pecho .
Como se va amansando su presente
de interminables noches en barbecho
al volver a su Abril incandescente .
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