Negro e impar. Ni sueñes que el destino
guarde en su manga para ti otra bola,
aquí el que gana siempre es el casino,
sea con trampas o por carambola.
Dan ganas de correr, pero presiento
que nunca lograría poner millas
con la fatalidad, pues su talento
es adherirse a nuestras zapatillas.
Ved esa mosca, que quedó atrapada
en una tela a cuya dueña acecha
el pájaro que salta en la enramada
al que un chiquillo apunta con su flecha.
Todo lo vivo traae ya la fecha
de su caducidad estampillada.
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