viernes, 10 de junio de 2022

Larga despedida


Debe ser que no está en nuestro adene...

no se puede decir que nadie sea

experto en despedidas


Será porque nos duele demasiado

tener que renunciar

a todos los apegos

y elegimos

abrazar la ignorancia,


Cuántas veces veces

nos hemos despedido sin saberlo...


Esa última vez

que pisaremos con los pies descalzos

sobre la arena húmeda,

que oleremos el mar,

que sentiremos

como la sal inunda nuestros poros

y una esperanza hecha

de espuma inconsistente

desborda el corazón.


Esa última noche

que veremos la Luna junto a alguien

que nos es fatalmente imprescindible,

esa última herida que consiente

el alma encallecida

que le cause una ausencia...


Y luego esta este absurdo

e interminable adiós.


Apenas tiene nada

el mundo que ofrecernos,

poco más que otro sorbo,

algo escaso de aire,

y , sin embargo,

alargamos el rito hasta un punto imposible

que lo hace patético.


No se puede decir que yo haya sido

experta en despedidas,

pero espero aprender a descubrir

cuándo debo callar prudentemente.


Que mi existencia llega a su cuarto menguante

y alejarme sin ruido.


Sabiendo que la vida y su tragicomedia 

seguirán adelante, con gesto indiferente,

 a vueltas con su farsa,

ensoñación

 de belleza y delirio.


 A pesar de que caiga

para mí el telón.


Definitivamente.

 

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