Elegiré
morirme cualquier día de estos.
Es
fácil, solamente es quedarse callada
en
un rincón y ver si allí, ensimismada,
se
desvincula el alma de todos sus contextos.
Acaso
en la distancia no encuentre ya sentido
a
porfiar, irrigando un valle de fatigas
con
lágrimas agraces y a cosechar ortigas
y
ordene al corazón cesar en su latido.
No
respirar, no ser... que el óxido se quiebre,
que
deje de guardar su esencia la redoma
y
esparza sobre el aire su magia singular
Que
vuele hacia lo alto y que el cielo celebre
que
triunfa esa querencia que impulsa a la paloma
a
regresar, si es libre, gozosa al palomar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario