Es tan
revelador
este
echarte de menos...
Siempre
has estado ahí,
acompañándome
a mí ,
la más
impar y sola
entre
los solitarios.
Hoy lo
sé,
tú has
sido
la
auténtica verdad
palmaria
de mi vida.
Solo
cuando me faltas,
dolor,
entiendo
que hay motivo
para
aspirar el aire,
para
imitar al pájaro,
para
sentir el mágico nirvana
de la
felicidad
Pero al
cabo regresas,
fiel a
tu cometido
de ser
temor implícito o presencia que imprime
su
ritmo a mis sonrisas o quebrantos.
Es un
hierro candente la certeza
de que nunca
habrás de abandonarme.
De que has sido y serás,
tal como lo dispuso
el cielo en su sentencia inapelable y cruel,
mi feroz camarada ,
la sombra amenazante
que no me negará e irá conmigo,
hasta
que un día llegue
la muerte a separarnos.
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