domingo, 6 de septiembre de 2020

Abierto hasta el amanecer


Yo soy otra entre tantos , que el corazón abierto

mantiene a media noche , celebrando aquel aquel rito

de perderse en los piélagos del ensueño infinito

al que solo se arriesga el que está bien despierto.


Nunca habrá ley que diga que tal cosa es delito,

cuando el mundo es una árido y continuo desierto

que no tiene un oasis donde caerse muerto

por más que el alma anhele escapar hecha grito.


Hoy resulta lo urgente abrazar la utopía

de que el que quiere puede elegir que las rutas

a su infierno tapicen serpientes o amapolas.


Exprimamos las horas de nocturna alegría,

tiempo habrá tras el alba para pasarlas putas

y maldecir tu suerte, triste y llorando a solas.



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