Llega sin avisar y se acomoda
en los pliegues del aire la certeza
de que todo da igual y de que toda
tu vida siempre ha sido una torpeza.
Poco importa que hoy no esté de moda
confesar que te invade la tristeza
no puedo yo negarla, si me enloda
con su espesa neblina la cabeza.
Cuesta tanto encontrarle algún sentido
a la mísera y lenta letanía
de los días que pasan sin encanto...
O será que el otoño me ha invadido
y al sentir sobre mí su aura sombría
como las nubes, me deshago en llanto.
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