sábado, 12 de noviembre de 2022

Exilio

 


Con los ojos cerrados

podría recorrerme los senderos

que transitan mis pies habitualmente,

los convirtió en camino

el roce de mis pasos.


Y sin embargo veo crecer sobre sus márgenes

turgentes flores nuevas,

cuyo nombre

me es desconocido.


Para olvidarme un rato de mis miedos

puedo cantarme aún la misma nana antigua

que me acunó en mi infancia

y en el mismo idioma

que me enseñó mi madre.


Pero a mi alrededor escucho voces

entronizando ideas que no entiendo

y me hacen sentirme una extranjera

cercada fatalmente por el ruido.


Sobre el mantel

la mano, la tibieza, la piedad

del piel a piel, que tiene la virtud

de ahuyentar soledades,

si los dedos quisiesen,

si no pesase en ellos tanta duda,

y tanta frustración acumulada.


La tierra, la palabra,la querencia...

la cercanía del calor humano

siguen ahí.


Soy yo,

debo ser yo,

la que del mundo

ha tomado distancia.


A pesar de quedarme,

a mi pesar,

soy yo la que se ha ido.


Este exilio interior-nadie lo dude-

castra y aísla . 


Y es el que más duele.

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