Es
vivir sumergido en las tinieblas
más
sólidas,
creyendo
que
el fulgor no se hizo
para el ojo del mísero y el triste.
Es
sentir
una
pequeña ráfaga
de luz,
deslumbramiento
que
hiere por sorpresa tu pupila .
Y que
aun así bendices ,
porque
en su brevedad
te
llena de alegría, de belleza
y
claridad por dentro.
Es
presentir
que
debes encontrar las palabras que pinten
con
primor sus destellos, pues es obligatorio
cantar
sus excelencias.
Es
saber
que es
imperativo irrenunciable
proclamar
la verdad , gritarle al viento,
que
existe tal milagro imprevisible
del
instante lumínico,
capaz
de redimir una vida abismada
en tal oscuridad
que predispone
a gozar a placer , cuando sucede,
a gozar a placer , cuando sucede,
con más
intensidad y más asombro
de todo el esplendor
feliz
de su misterio.
Es sospechar
lo inútil de tu empeño, condenado
a ser carne del más puro ostracismo
de todo el esplendor
feliz
de su misterio.
Es sospechar
lo inútil de tu empeño, condenado
a ser carne del más puro ostracismo
y la desafección.
Que
está habitado el mundo , más que nada,
por
sordos y por ciegos.
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