Tiene
sus sauces llorones,
su
estanque, su rosaleda
su
sombreada alameda
y sus
mágicos rincones.
Tatúan
cien corazones
cada
tronco, y cada flor
conoce
bien rumor
encendido
e indiscreto
que
lleva el aire en secreto
de
tantos besos de amor.
Hay un
arroyo ondulante
que
susurra y un estrecho
sendero
lleva derecho
al
viejo puente colgante.
Te
encapricha , paseante,
su
embrujo y sabes que irás
a él
a diario, porque estás
de su
hechizo enamorado,
que tu
parque está encantado.
Como
todos los demás.
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