Día a día la vida se desnuda
ante nuestra mirada y nos obsequia
con cualquier nadería novedosa,
con cualquier estupor inesperado
que intriga ,
o maravilla
o desconcierta.
También yo he visto cosas
que jamás creerías...
He visto el esplendor de los almendros
estallando en los valles
mientras entre sus ramas las arañas
devoran a sus presas,
he visto el encarnado danzar de las corolas
anunciando el estío en los trigales
mientras van despertando
de su largo letargo las culebras
He visto la inocencia de la nieve
irse volviendo barro,
y, más que nada he visto
como caen las hojas más altas , condenadas
a transformarse en humus bajo la tierra.
Y en cualquier estación
he visto entre indignada e impotente
como lloran los niños,
como las madres tiemblan
mientras los hombres rabian y maldicen
y utilizan con toda iniquidad
la razón de la fuerza...
Somos lo que miramos
los posos de las dichas y las sombras
que sobre la retina nos va depositando
despacio la existencia.
Y dime, ¿ Tú que ves
si es que acaso tropiezan tus ojos con los míos?
Sospecho que ya son
dos húmedos destellos que se ahogan
en honduras lacustres de tristezas.
Por eso no me extraña
que haya quien rehuya mi pupila,
temeroso
que pueda transformarlo yo en espuma
si no me vuelve piedra.
Mejor cierro los ojos,no deseo
mirar lo que me queda
por ver ,
se me atragantan
tantas depredaciones
Todo es ferocidad ,
todo es pasión y furia;
en pálpito sangrante
se envuelve -y en envidia-
la belleza
También yo he visto cosas
que nadie debería haber visto jamás...
Reniego
de mis ojos,
al no poder vivir si me arrancase
de cuajo en corazón,
tal y como me pide, cansado ya de ser
sangrante herida abierta.
Y no me llaméis loca si me abrazo
a la santa virtud de la ceguera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario