los que tratan de huir de su pasado.
En tu peregrinar por los suburbios
del subconsciente en los tiempos muertos,
son sombra de tu sombra tus ausencias.
Los reflejos dorados
del recuerdo se vuelven más hermosos
cuanta más desventura en la añoranza
de su imagen ardiente nos prometen
Vano ejercicio de posibilismo
bucear en los pozos de hondura de la noche,
en busca de un fulgor al que exprimirle
alguna claridad que nos oriente.
Allí, donde a deshora abrazan su destino
las estrellas suicidas,
solo puedes hallar astillas lacerantes
de algún sueño estrellado.
Que nadie se lamente si el alba lo sorprende
con los ojos llorosos y el corazón reseco.
Con las manos vacías
y al alma ensangrentada.
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