sábado, 24 de agosto de 2024

Depredación



 



Hoy me he levantado

con el firme propósito de ser

algo más que unos dientes

y un tubo digestivo.


No resignarme al rol

de ser que ve la luz para entregarse

fatalmente a su instinto de ser depredador

con tal de un día más llegar hasta la noche

siendo un sobreviviente.


Cuesta mucho zafarse

de ese estigma animal con que el obliga

con fuerza un adeene


Solamente nosotros,

felizmente, podemos evadirnos

a base de poemas.


O no...


A veces desvarío

y me pregunto

si acaso habrá algún pulpo que componga

fosforescentes odas incendiadas

de electrizante ritmo polimétrico

a una estrella de mar.


O si canta el jilguero para ver

si enrojece la hoja

o si tirita

aunque no sople el viento...


Probablemente

no lo sobremos nunca


Pero estoy segura que de estos prodigios

-y otros más que no logro imaginarme-

rebosa el universo.


Yo no pretendo descifrar enigmas

que superan mis límites.


Solo aspiro a lo humilde

y a lo fácil.

A autodepredarme.


A descubrir lo ruin

de mi naturaleza mineral,

a exprimir lo doliente de mi materia oscura,

a alambicar su esencia descarnada

y,

verso a verso,

llegar a trascenderla.


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