No hay
más que mirarte
para
saber por qué …
Hay un
sinfín de estrellas diminutas
que
acuden cada noche y se quedan dormidas
sobre
las suavidades de tu pelo.
Una
rosa le pide al hueco de tu mano
su
asilo generoso.
Las
palomas se esconden arrullándose
en ese
nido tibio que es tu pecho,
el arco
iris bebe
en tu
risa los manatiales puros
de luz
y de cristal,
se
embebe el viento
hasta
quedar prendido en el amable
sedal
de tus suspiros...
Yo
prefiero
perderme
en mirada refulgente ,
y
limpia como un de cielo de verano.
Y hacer de ese extravío
Y hacer de ese extravío
mi
espacio de ventura,
allí
donde consigo olvidarme de todo.
Incluso
de la angustia que provoca saberse
barro y
fragilidad.
Un ser
que se conoce
yuque
para el martilllo del dolor
e
innecesario
y
solo porque tiene cada día
la
dicha sin igual de contemplarte
se alegra de seguir estando vivo.
se alegra de seguir estando vivo.
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