Ya
sabes cómo soy, no me hagas caso...
Imprevisible,
terca, irrespetuosa,
pagada
de mi voz aguardentosa,
de mi
torcida mueca de payaso...
Que en
mi sublime cumbre borrascosa
me
alieno en un ridículo “ ¿es que acaso
alguien
nos dijo nunca que de raso
es la
epidermis toda de la rosa...?”
Conoces
mis eclipses, que mi frente,
es
tantas veces luz, como la abruma
el peso
de la sombra de repente
Como
sabes también que soy sumisa
a tu
necesidad y me hago pluma
si he
de cosquillearte una sonrisa.
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