sábado, 5 de diciembre de 2020

Roca viva


 

Ser isla ,estar así

presa en mitad del mar...

deshabitada.


Olvidando que existo

para ser solo amante de la arena,

absorta en la caricia

plácida de la espuma ,

y , al tiempo que me mece con mimo el oleaje,

dejándome llevar

hacia el dulce nirvana.


Fabulando

que perdido en el piélago de azules

hay otra soledad

echando en falta a alguien

que del hueco que queda entre dos brazos

quiera hacer su bahía.


Es este un tiempo extraño e inseguro

y tengo yo en la piel calor de sobra

con que engañar los más crudos inviernos .


Pero me temo mucho

que no sé las palabras

- si es que existen-

para escribir mensajes ,que viajando a la grupa

del corcel de los vientos, consigan el milagro

de alcanzar otra orilla.


**************


La incomunicación

a todos nos golpea

y el cuero sensitivo , si es que quiere salvarse

debe fingirse piedra indiferente.


Somos esas extrañas rocas vivas

que sienten y padecen en silencio en su carne

el mordisco del tiempo

y de la indiferencia.


Y se van resignando

a que nunca tendrán más compañía

que unas cuantas gaviotas inconstantes.


Y  la de los moluscos ,

 casi pétreos , 

que del sabor salobre de su costado medran.


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