lunes, 8 de febrero de 2021

Cien leguas


 

El barro es frágil.


Pero a pesar de eso, en cuántas ocasiones

le puede la soberbia


Y es tanto más culpable

cuando conoce bien

que solamente es polvo peregrino

qué importa si es de estrellas-

amasado con lágrimas.


Qué pronto que lo olvida

el que se cree cántaro

al que no falta el agua de una fuente,

jarrón en que las rosas de cada primavera

alegran los salones,

ocarina,

de vientre destinado

a que lo preñe el aire de esa música

inspirada y perfecta...


Andar así,

subido en unas ínsulas que son tan quebradizas,

hollando,

sin mirar si le duele,

lo gris y lo pequeño ,

lo humilde, lo sencillo...

no es la mejor política, cuando es el viaje largo

y la senda azarosa,


Porque luego, temprano antes que tarde,

la vida siempre pone

las cosas en su sitio


Nunca te olvides , piedra, del pie que te pisó.

No le tengas piedad cuando la llaga

certifique en su planta la derrota.


Y todavía tenga por delante

- así expían los hombres su arrogancia-

cien leguas de camino.


Y sea cuesta arriba.


Y lleve, a esas alturas,

su cruz pesada a cuestas.

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