miércoles, 24 de mayo de 2017

Estrategia


Ahora que habías aprendido
a espulgarte de espinas
a olvidar el aroma de las rosas
y a inventarte perfumes indoloros,
que habías conseguido dispersar
la arena sobre el yermo
domar los espejismos y a pintarlos
de estaciones de niebla y desmemoria,
ahora,
que ya sobre los labios sentías el dulzor
que según cuenten adereza el triunfo,
la vida aún guardaba en su recámara
una nueva estrategia del estrago
vestida en suavidad .

Y de repente
te regala la lluvia
de unas cuantas palabras, gloria líquida
para tu oído exahusto.

Y se deja tentar el corazón
por su grata textura rumorosa
a ritmo y a verdor que magnetiza
sutilmente al latido.

Y de nuevo te enreda en lo posible.

Lo improbable,
lo hermoso...

Lo infeliz.

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