Preciso
descubrir
aquello
que aún no ha sido escrito
sobre
los laberintos de mis manos.
Son
tantos los caminos sin retorno
que he
seguido, sumisa,línea a línea,
desde
donde germina la inocencia
hasta
la misma fuente de lo pétreo...
Ya sé
cómo perderme en la ternura.
Hubo
un gorrión de lava, pluma y sangre
como
un ascua de anhelo enfebrecida,
temblándome
en la palma,
confiando
en un momento más propicio
para
negar la lluvia y anunciar
un
paraíso pródigo de auroras
Ya sé
cómo esconder el estupor,
de
verlo evaporarse.
Hubo
una flor dispuesta a redimirse
de
candidez y de aventar sus pétalos
con tal
de suavizar la austeridad
de los
vientos del Norte.
Ya sé
de los estigmas
indelebles
que deja la impotencia .
Necesito
saber lo nunca escrito,
lo
nunca dicho,
lo
nunca imaginado.
Lo que
habita en los sueños que te hacen
soñar
con imposibles.
El
nombre de esa estrella nonata y tan oscura
que
anda desazonándome sin compasión la frente.
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