miércoles, 7 de abril de 2021

Antojos


 

La Luna, yo la quiero desnatada...


El cielo me lo pintas de lunares,
y el helado de lima

y de despechos rancios me lo sirves

con un poco de menta en el copete...

Hoy vengo con antojos.

Hoy traigo la preñez de un verso oscuro
a punto de alumbrarme por la boca
no sé si astros o constelaciones,
o guijarros de río
o sapos y culebras
o pedazos
de la verdad que tengo amordazada
y que me está asfixiando de por vida.

Porque es un verso que se dice solo,
porque es un verso que se engendra solo
sin más esperma que el de tu silencio,
en la misma región de mis estragos.

Porque es un verso que se pare solo,
sin más partera que mis rebeldías,
lo mismo que se paren por las grietas
que hieren a la tierra los volcanes,
y se va derramando mansamente
despeñadero abajo de mi paisaje abrupto
hasta dejarme exangüe de asperezas.

Yo, la mujer estoica,
yo, la mujer sombría,
la que se quiso árida y estéril
a fuerza de negarse
hoy sabe que perdió todas sus armas
ante esa rendición que es la ternura.

Que aunque es un verso que yo nunca he pedido
no tengo más remedio que arroparlo
porque es mi sangre y tus puñales lleva.

Por eso
caramelízame los sinsabores,
ilumina al pastel todos mis lunes
y me sirves
poemas confitados en bandeja.

Que hoy vengo con antojos.

Que acabo de parir un verso absurdo
contrahecho y zaíno...

...pero trae la música
de una estación de lluvia y redenciones
bailando en sus acentos.

Y aun siendo un verso insólito

merece ser amado,

ciertamente...



No hay comentarios:

Publicar un comentario