martes, 20 de junio de 2017

Prudencia


Se remansa
el fulgor de la luz con que me anegas
y acaba amenazando
con hacer aguas y terminar vertiéndose
por todas partes.

Para achicar la urgencia
de este fuego de liquido y urente
no hay dedales que valgan.

Se ve que el paraíso,
su dicha ilimitada , sólo puede rozarse
desde la castradora calma ahíta
que a veces se confunde
con la felicidad.

Y cada corazón,
temiendo que sus pétalos de rosa arrebatada
acaben deshojados
por el sol cegador de mediodía ,
por prudencia
consiente en hacer crisis.

Aun siendo fascinante,
nunca es un buen día para entregarse al vértigo
de la aniquilación .






No hay comentarios:

Publicar un comentario