Dicen
que traje un don puesto de serie,
que a
las palabras romas saco un filo
con que
me sangro en verso y me ventilo
el alma
hasta dejarla a la intemperie
Nunca
fue una virtud que deseara
con la
que ante la gente presumiera,
ni un
defecto del cual me arrepintiera,
ni un
pecado que nunca confesara
Yo, ni
quito ni pongo, solo hago
lo que
me pide el cuerpo, desnudarme
y
mostrar mis vergüenzas sin un precio
Tampoco
espero nada como pago,
si
acaso que el futuro quiera darme
ración
doble de olvido y no desprecio.
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