Cada
quién es muy libre
de
elegir la estrategia con la que quiere hacerse
trampas
al solitario,
sin que
se note mucho que apuesta de farol
Cada
cuál se procura
un
sólido asidero
al que
aferrarse,
inventa
sus
anclas , sus conjuros,
sus
dioses tutelares de juguete
sus
ritos , sus monedas
con que
poder comprarlos,
su modo
de abrazarse con cinismo
a la
seguridad.
Y luego
,en un alarde
de sus
contradicciones
pasa
todo su tiempo idolatrando
lo
etéreo, lo que apenas
se
insinúa , traslúcido,
y
tremola en el aire , conquistando el espíritu
antes
de evaporarse .
¿Pero
es que sería la vida tan valiosa,
tan
amable y amada a nuestros ojos
si no
fuese tan frágil ?
Con
mucha más ternura contemplamos
la flor
,
porque sabemos
que esa
vez es única ,
que
nunca más podremos disfrutar
de su
delicadeza .
Acaso
conocernos
tú,
yo, nosotros, ellos,
a ella
semejantes ,
materia
inconsistente que palpita,
perecederos
seres desahuciados,
nos
haga valorar la singularidad
que
late en el instante en que se abre, incauta,
al
beso del rocío.
Y
gozar fervorosa,
desesperadamente
,
la
emoción que despierta su efímera belleza,
aun
siendo una ilusión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario