Duplicidades,
señas,
proyecciones
que
intentan desligarse de los límites
que
imponen los espacios,
complicidad
que asiste a los simétricos
nacidos
para ser inseparables.
Yo soy
polvo insutil
y el
aire existe
solo
para elevarme con su aliento.
Sé bien que estás ahí,
gozo
inefable,
puedo
notar tu hálito frutal y apetitoso
impregnando
las tardes de domingo
de
aromas amizclados
y en
las noches de lunes te adivino
como un
rumor de humo que promete
ser un
sedante plácido,
sutil y
embriagador.
Bagatelas,
consuelo
para pobres,
que no
sacian mis ansias de sentirte
colmándome
por dentro.
Yo se
bien lo que soy,
inconsistencia
que se
sueña concreto y no merece
despertarse
preñado
de
magia y de emoción
Triste
quimera inútil
el de
la ruin materia que se amasa
a base
de sudor , sangre y paciencia
en
barro redentor
con el
que modelar una ocarina
por si
acaso cupiesen en su vientre,
las
claves de la música.
No
imagina que goza lo volátil
jugando
al escondite con lo vacuo
y en
someterlo al lento y desquiciante
suplicio
de la espera.
Ya no
me queda fe en que algún soplo llegue
a
liberarme de mis aflicciones.
Soy un
terrón oscuro y dolorido
que
poco a poco va desmoronándose.
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