martes, 11 de julio de 2017

Sed secular


¿Y qué podría hacerse
si en estas horas de tribulaciones
y de densas penumbras
se adueñan del espacio los fruitivos
acordes del silencio y se alambican
los cálices del aire?

Lentamente
se derrumban las últimas trincheras
del apercibimiento
mientras inunda todos los rincones
un vaporoso y trapacero aroma
a flores secas , a enervado sándalo
a coyuntura mística
a intemporalidad.

Y quién le cuenta al alma encandilada
que la serenidad que sobrevuela
sobre el instante ardiente
es solo un espejismo.
.
No queda otra salida que embriagarse
con este don de lúdico candor
que hoy se nos regala.
Que dejarse fluir abismo adentro
e irse acostumbrando a divagar
sobre lo inevitable de las pérdidas

Y a saber que las lágrimas
nunca saldan las deudas con el diablo.

Ni apagan nuestra ingente
sed secular de dicha y redención .

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