viernes, 9 de octubre de 2020

El diario del Ángel


 

A veces el destino

es demasiado extremo.


Resulta tan difícil

ganarse un par de alas

tratando inútilmente de salvar

a unos seres que nacen trayendo en su adeene 

la ciega vocación de condenarse


Y eso que este Tierra que les dieron

es todo un paraíso.


Solo hay que mirar alrededor

cualquier manaña al despertar

para ver como brilla allá en lo alto

un astro generoso, que ilumina

la espléndida belleza que florece



Aquí hubiesen podido, de quererlo

llegar a ser felices,

pero eligieron parecer a ser

tener a compartir

y derrotar a amar.


Qué puede hacer quien tiene

poco mas que dos manos

para mover montañas, tan altas y soberbias 

tan feroces ,

tan sordas .


Nadie escucha

mi voz desangelada

clamando en el desierto

suplicando

porque llegue la lluvia



Porque esta vez no envie

el cielo otro diluvio.

sábado, 3 de octubre de 2020

Memoria de Ítaca


 

Conservo todavía
un recuerdo, tan tenue,
que a veces no consigo distinguirlo
de uno de esos sueños
con que quiere la noche
confundirnos, dejarnos desvelados
colgados de un enigma
y afianzarnos suyos.

La imagen de un lugar
en donde el cielo es siempre azul turquesa
y el aire es suave y tibio,
dónde las horas pasan aromando tu vida
de armonía verdor .

Donde el dolor no es nunca
esa coraza de espinas hacia adentro,
en dónde, por inútiles
los pañuelos no existen
y todas las mañanas
amanece en Abril.

Cada paso es un paso tras sus huellas
imposibles,
estrellas movedizas
sembradas al albur sobre una inmensidad
que no tiene horizonte.

Rehén del oleaje,
juguete de los vientos,
de cuando en cuando recalo en las arenas ,
como una concha más,
y me entretengo
-estratagema hábil del cansancio.-
más que en contarlas en aprender sus nombres

Vuelvo después,
desoyendo los cantos sensatos de la tierra
que apetece mi cuerpo,
a dejarme a arrastrar a tenebrosos
submundos de medusas y sirenas
y a poner rumbo a casa,
retomando este viaje
-quién diría
que no tuviese prisa en regresar...-
que está tomando trazas de resultar eterno.

Ahora ya no sé
si debo aventurarme
a ir sobreviviendo de naufragio en naufragio,
reanudando el camino que me lleve hasta Ítaca,
o renunciar a perseguir mi sueño.


Quién puede asegurar
  que  mi hermosa y añorada isla
no es solo un espejismo
en mitad del océano ...

Si no será mejor abandonarme
y quedarme dormida de nuevo entre los brazos
de Polifemo.


Colapso final



No hay ninguna épica

en el loco galope del latido,

ni suele resultar estético el resuello

que pretende sorber

ansiosamente el aire.


Por mucho que nos cuenten las películas,

no hay gloria en la muerte.


Se consuma

arropado en dolor, envuelto en miedo

el colapso final ,

donde se enfrenta

el hombre a su verdad , triste y desnudo,

sabiendo en carne propia con cuanto rigor hiere

con su abrazo de helor

la soledad,

única compañera en este trance.


Por eso hay que inventarse una epopeya

que en algo nos redima y justifique

tanto tiempo perdido

en cultivar con autocomplacencia

el jardín infinito

de nuestras vanidades.


Para olvidar que el alma de la arcilla,

aunque niegue a la prosa,

debe volver al barro

y tiene de antemano perdida la batalla

de intentar sublimarse,

que aunque corteje al verbo

acariciándolo

hasta que tiembla

y resplandece

y arde,

su esencia se le escapa.


Solo le queda, pues,

resignarse a ser sombra

apenas insinuada entre las sombras

que van hacia Poniente.


Y aceptar lo que hoy toca ,

culminar su destino de destello fugaz,

que en silencio se extingue

mientras muere la tarde.







jueves, 1 de octubre de 2020

Pétalos pares ( Estación Decadencia)



Aquel año Febrero

fue un gotear de nieblas y amarguras,

de interminables días silenciosos

y de noches insomnes

pasando de puntillas.


Marzo llegó, anunciándose

con un aliento gélido ,adusto y turbador,

como el escalofrío

de la desesperanza

y nunca regresaron los pájaros viajeros

ni brotaron las flores


No quisieron dejarse capturar

por los idus infaustos

que todas las señales anunciaban.


Abril sí fue ,

por fin,

como marcan los cánones,

un cielo inagotable se abrió en lluvias

y dentro de mi pecho

una pena infinita diluviaba.


Mayo no se anegó

de risas y perfumes,

ni cantaron los mozos canciones encendidas

bajo el balcón de sus enamoradas.


Seguía jarreando

el duelo de la ausencia inaceptable

sobre mi alma empapada.


Y no podía

descubrir la alegría y la belleza

que otras veces llegaban a asaltarme

desde cualquier rincón y despertaban

en mí la sensación de que la vida

era un regalo espléndido.


Solo lograba ver la Luna rota

en el quebrado espejo de los charcos

a través de las lágrimas.


La estaciones suelen

adaptarse muy mal al almanaque ,

siguen tan solo en ritmo

que la emoción de cada quien les marca.


Aquella primavera

jamás debió llamarse primavera .


Debió llamarse estación sombría.


Un tiempo hostil y triste

donde a tus ilusiones corresponden

siempre las margaritas con los pétalos pares

y con ellas perecen deshojadas.


**********

¿Y quién llamó verano a aquellos meses mustios

que pasaron lo mismo que un suspiro

sin perfume ni ardor, desangelados

sin más pena ni gloria que la justa

para no perecer de intrascendencia

y fue confirmación de que no es el clima

sino el corazón el que le infunde

a la piel su calor y su extravío

o bien el que la vuelve

indiferencia apática .


Menos mal que llega ya el Otoño...


Nunca defrauda Octubre,

te vende lo que es,

un tiempo atemperado y sin alardes

cuya mayor virtud

es dejar que la vida se sosiegue

e invitarte a que olvides tus míseros anhelos,

mientras en paz al fin

tu espíritu descansa.


De hacer como los árboles,

que saben lo que toca

y armados de impudicia y de valor ,

se desprenden de todo lo que tienen.


Que tu destino, al igual que el suyo

es llegar a ser humus

pero que hoy alcanzas todavía

de desnudarte a base de palabras

y a regalarle al mundo

un poco de tu íntima cosecha .


Y acaso a algunos ojos

pueda llegar a ser incluso incluso hermosa,

tal como el manto de sus hojas ocres

parecen a los tuyos

decorar los paisajes de ensueño y de nostalgia.














Hacia el Ocaso


 

Las hojas secas

tapizan el camino

de la alameda.


Hacia el Ocaso

por doradas blanduras

llevan los pasos.


Será su huella

cansada lo que quede

cuando anochezca.

martes, 29 de septiembre de 2020

Peregrinación



Son blandos ,

temerosos

y sordamente tristes

los pasos que recoge la hojarasca


Recalada de otoño

he recorrido todos los caminos,

tapizados de herrumbre , de fatigas 

y de resignación.


Hay un rumor de pájaros que huyen

y de besos que buscan

la calidez de un nido en otra boca.


En la mirada traigo

el muestrario infinito de los ocres

y un regusto en los labios

a derrota y ceniza.


No sé

si merece la pena seguir peregrinando

por las estación nostálgica,

persiguiendo a las nubes

que migran insensatas por un cielo plomizo

hacia aquel horizonte que promete

ser riguroso invierno.


Más tarde o más temprano,

aquí o en cualquier parte ,

el frío será el mismo.


Y olerá igual el humus que se apresta 

                    a ser sudario y cálido reposo

  de  los cansados huesos .



miércoles, 23 de septiembre de 2020

Talismanes de luz


Puedo decir que he visto
las pequeñas pisadas de los pájaros
escribir delicados jeroglíficos
sobre la nieve
y rebrotar furiosas,
desafiando las uñas aceradas del frío,
las flores del almendro

- unas setenta veces-

Y aun así cada instante
que vuelvo la mirada hacia otros años
solo consigo ver
rostros al despedirse.

Es una buena idea
hacer un relicario con las cosas hermosas
-sus risas, por ejemplo-
para llenar con ellas las estancias sin nadie
que dé los buenos días .

Talismanes de luz,
que, alimentados
de ilusión y esperanza, iluminen vacíos
y en la voz nos despierten el impulso insensato
de ponerse a cantar
en los tiempos oscuros.

Que nos hagan dormirnos
en los gélidos brazos de la última noche
respirando serenos.

Con el alma tranquila
y la dulce confianza de que el gozo vivido
fue tangible y perfecto .

Y es nuestro para siempre.

Despertares


 

Qué largo se hace Enero....!

Con sus olores acres, más vale que te amigues,

que entre hielos florezcan las rosas no consigues

por mucho que las cuides con esmero.


Olvida ese lucero

tan brillante y remoto, que con fervor persigues,

si mimas tu candil, puede ser que le obligues

a mostrar su fulgor más hechicero.


Volar tras las quimeras

es un esparcimiento ameno , siempre y cuando

tus pies sigan tus rutas verdaderas.


También yo tuve sueños de colores

y acabé despertando

con los ojos opacos, repletos de escozores.


Mejor es que no llores,

bendigas lo que tienes y vayas aceptando

que a este mundo venimos solo a ser perdedores.

Feraz talud del tiempo


 

Feraz talud del tiempo , florecido

por recuerdos que son como amapolas

que no se agostan nunca y un sentido

le dan a un corazón que late a solas.


En el grato espejismo consentido

de imágenes, llegando en suaves olas

añorantes,  se entrega al colorido

y rítmico danzar de sus corolas.


Quién no anhela tenderse en este lecho

esponjado de afectos , mientras siente

como escapa un suspiro de su pecho .


Como se va amansando su presente

de interminables noches en barbecho

al volver a su Abril incandescente .

martes, 22 de septiembre de 2020

Poemas de amor.

 



Nunca verán la luz, amor, no temas

estos versos que nacen desahuciados,

en que mis sentimientos desbordados

se vacían en forma de poemas.


Por más que en idear estratagemas

con que contarle al mundo sus cuidados

son hábiles ,mis labios son candados

capaces de acallarlos sin problemas.


Palabras de esplendor, que al lado oscuro

han sido condenadas y enloquecen

por conquistar el aire apasionadas.


Desdichado rumor, sin más futuro

que ser los mil suspiros que estremecen

el gris silencio de mis madrugadas.

domingo, 6 de septiembre de 2020

Por simple oficio





¿ Cuántos suspiros caben en un pecho?

¿ Qué cuota de humedad retestinada

se puede sepultar en el barbecho

solitario y frugal de mi almohada?


¿ Qué tristezas antiguas al acecho

se apostan en la insomne madrugada

tras las cuatro esquinitas de mi lecho

para darme una nueva puñalada?


En mi epidermis cárdena  no queda

ni un milímetro intacto en el que pueda

la existencia tatuarme su estropicio


Porque me quiere viva ...Es tal mi suerte

que a pellizcos pretende darme muerte

sin placer ni maldad, por simple oficio.



Exacta medida


 

Ojalá yo pudiese decorarte la vida

con el color preciso para hacerla feliz

-el rosa, por ejemplo - y evitarte el desliz

que la apartase en algo de tu senda elegida.


Estaría dispuesta, para hallar el barniz

que la hiciese radiante, buscarlo en cada herida

que me ha obsequiado el tiempo y ha sido concebida

para irme mostrando  de la dicha el matiz.


Porque con la experiencia de los años se llega

a relativizar las garras del dolor

si, con morder tu carne, en otro las repliega.


A falta de termómetro que aquilate el fervor,

sin duda constituye la ilimitada entrega

la única y exacta medida del amor.



Abierto hasta el amanecer


Yo soy otra entre tantos , que el corazón abierto

mantiene a media noche , celebrando aquel aquel rito

de perderse en los piélagos del ensueño infinito

al que solo se arriesga el que está bien despierto.


Nunca habrá ley que diga que tal cosa es delito,

cuando el mundo es una árido y continuo desierto

que no tiene un oasis donde caerse muerto

por más que el alma anhele escapar hecha grito.


Hoy resulta lo urgente abrazar la utopía

de que el que quiere puede elegir que las rutas

a su infierno tapicen serpientes o amapolas.


Exprimamos las horas de nocturna alegría,

tiempo habrá tras el alba para pasarlas putas

y maldecir tu suerte, triste y llorando a solas.



lunes, 31 de agosto de 2020

Razón de vivir


 

Hay almas que ya traen incrustada

en la frente al nacer su buena estrella

y otras vienen tatuadas con la huella

de una apática luz difuminada.


Pero no hay vida más desangelada

y falta de razón que la de aquella

que cada noche solo se querella

contra la soledad de su almohada.


Creados para estar en compañía,

no podemos rehuirla por no hacernos

la existencia un rosario de disgustos.


Nos toca convivir, en la utopía

de que no habitarán nuestros infiernos.

más lágrimas ni duelos que los justos.




Ya es bastante ...( El río de la vida )




 ¿Y para qué  quejarse...?. Es  tontería

malgastar el segundo evanescente,

que conforma un efímero presente,

empeñado en rehuirte  día a  día


Rescatar cada grumo de agonía

o de esplendor que flote en la corriente

del río de la vida, es lo prudente.

E ignorar que las venas nos vacía.


Al final,  todo queda en un suspiro...

Conocer su perfume verdadero

nos hace la existencia apasionante.


Si un mínimo momento de respiro

en que atrapar al vuelo algún “te quiero”

le has ido sonsacando, ya es bastante.


domingo, 30 de agosto de 2020

Fuerza de flaquezas

 



Mi pobre corazón,llega otro día

en  el que ver creciendo en mi ventana

la luz sin estrenar de la mañana

como una invitación a la alegría.


Hoy ,si fue por mí, preferiría

no enfrentarme a la lucha cotidiana,

para latir, venciendo mi desgana ,

ni sé dónde obtienes  tú energía.


Debe ser que no tienes más remedio

que intentar sacar fuerza de flaquezas ,

disimulando el paso renqueante.


Toca huir como sea del asedio

de tantos desengaños y tristezas

llevando la sonrisa por delante.


Aliento prestado


Lo primero fue el ser,

maravillado,

de ser , así , sin más, sin merecerlo,

sin llegar a creer que nunca hubiese

tanta buenaventura en algún sino.


Luego llegó el momento de temor ,

de duda , de tener soportar

la náusea de aceptarlo


Después fue dedicarse a agradecerlo,

a disfrutar el don y a darse el lujo

de ir dilapidándolo ,

sembrando de palabras encendidas

los perfiles del aire.


Y al fin, cuando vehemente,

tu espíritu se inflama

y hasta casi levita, creyéndose inefable,

un soplo de la vida te sacude

y te arranca la venda de los ojos.


Te muestrala ruindad

de tu naturaleza ,

y asumes que no hay nada

que sea logro tuyo,

que algún día tendrás que devolver

este aliento prestado ,

que te anima

a explorar las regiones imposibles

del verbo y sus misterios.


Y que por fuerza habrás de ensimismarte

en tratar de exprimir  sus esencias

hasta aquel mismo  instante en que tu pecho

deja escapar un  último suspiro.

Tragicomedia homérica


Qué dichoso fue Homero

que escribió la epopeya que debió, por la fuerza,

vivir y sufrir otro.


Hay días que amanecen para nada...


Para volver de nuevo a la rutina

del paso sobre el paso,

de la senda trillada por la senda,

que nunca nos conduce

a la felicidad.


Para enristrar con tedio sobre sus coyunturas

largas horas vacías de sentido,

en que insistir en la liturgia infame

de la sonrisa hueca que maquilla

el gesto de cansancio ,

el rictus de dolor.


Hay tardes de crepúsculos sin magia

que ni siquiera son un grito cárdeno,

con que clamar, pidiendo al cielo cuentas

de su indefinición.


Hay noches infinitas

que parece que quieren hacer gala

de un firmamento austero,

ferozmente enlutado ,

en el que están de huelga las estrellas

y la Luna se niega tercamente

a prestarnos su luz para soñar,


Hay semanas, hay meses...


...hay años, hay decenios

que pasan sin dejar

muescas que necesiten redención

sobre tu alma oscura ,

apenas se concretan en un brillo

de tristeza animal,

desencantado,

celando la mirada y dejando en la boca

un poso de amargor.


Hay siglos que no estamos para más

hazañas que las justas.


Y es entonces,

cabalmente es entonces,

cuando la vida exige con apremio

que el corazón se infecte con la larva

de la codicia por llegar a ser

el dueño de un latido capaz de imaginarse

canción incorruptible.


Que luego la glosemos,

tal cual,

tragicomedia,

que escribamos a pulso, ignorando la náusea,

con nuestro propio vómito si es que fuera preciso,

nuestra particular,

absurda,

resignada,

patética odisea.


El paso tras el paso,

sobre el polvo se imprimen las rutas del olvido.


Esas predestinadas

a seguir por caminos circulares

tras las huellas confusas que conducen a Ítaca.


Sabiendo a ciencia cierta

que ese lugar no existe


Y que , además, no importa...


...pues , de estar en los mapas de los rumbos vitales

tú nunca has de llegar.


Te habrás de conformar con  que tus versos

intenten dar por ti gozoso testimonio

de que un día pudiste

llegarla a imaginar.