No hay
filo,
no hay
herida
ni hay
estupor,
la
sangre
es una
incorrección , un ente incómodo
que
todo lo salpica ,
lo
mejor es que brille
feliz
y cortésmente por su ausencia.
Entonces,
dónde
está la emoción?
Y dónde
el sentimiento?
Y dónde
ese chispazo
que
prenda el deflagar de la empatía
dentro
del corazón y lo desarme?
Ni
siquiera
se
trasluce un desliz,
la huella imperceptible
la huella imperceptible
de
cualquier verbo hirsuto traspuesto en sinapismo
que
incomode en el alma
y le
obligue a salirse de sí misma.
Solo
palabras líricas
inermes,afeitadas
del
riesgo imprescindible, de modo que no encuentren
la carne necesaria esos decires tersos,
de gesto almidonado,
de gesto almidonado,
acordes
con la estética
trivial
y ligth que triunfa y que se impone
en un
mundo insensible que se va deslizando
hacia
su decadencia existencial.
Pero
será poesía,
pues
poetas
dicen
llamarse aquellos que lo escriben...
Y así
lo certifican esos otros
que
expertos se declaran
en lo
tocante a asuntos de las letras.
Y el
mundo culterano
de los
doctos conversos los bendice.
Y
muchos se los beben,
como si
fuesen sorbos embriagantes
de
licor de cerezas.
*********
Y yo
con estos versos...
Y yo
con estos versos bastardos , concebidos
a base
de de violencia
donde
la oscuridad se vuelve un negro coágulo
y el
silencio conspira.
Y yo
con estos versos,
hijos
abusadores,que me dejan
exhausta
hasta la médula y vaciada,
porque
suelen nutrirse succionando
la
cadencia del pulso,
la
raíz del sollozo,
el
embrión germinal del estertor.
Y yo
con estos ruines,
malditos,
putos versos
dispuestos
a aflorar desde mi vientre
, no a
ver la luz,
a
devorar la luz y a asimilarla
y a
convertirse en pura incandescencia.
Nada
importa
que
conozcan que nadie va a leerlos,
Nada
importa
que
tengan la certeza de su fragilidad
de su
inutilidad, de lo inminente
de su
obsolescencia.
Les
basta ser un pábilo
fugaz
sobre la noche,
apenas
el escorzo diminuto
del
rastro de una estrella.
El gozo
está en sentirse
capaz
de arrebatarle al rumor del instante
la
magia de su esencia y traducirla.
Y
luego... ! Qué más da...!
Poco
importa si el polvo y el olvido
son las
únicas glorias que en pago nos esperan.