viernes, 4 de febrero de 2022

Alienaciones



Me refugio en lo idílico, de raso

azul celeste pinto el gris que aploma

el horizonte y visto de paloma

al halcón montaraz si llega el caso.


Fuerzo destellos en mi vida roma

hasta que arde, veo siempre el vaso

casi colmado aunque luzca escaso

e incluso a la huesuda tomo a broma.


Si mi realidad no la depuro

tras un cristal rosado, es lo seguro

que habrá de ser motivo de incomodo.


Ayuda a transitar las estaciones

el ir coleccionando alienaciones.

La ceguera es un don, después de todo.

miércoles, 2 de febrero de 2022

La hora de la verdad


 

Ser feliz por decreto no me mola.

¿ Quién dicta que por mucho que la vida

a diario me putee sin medida

debo decir ! Qué guay! y hacer la ola?


Danzar alegre como perinola

no me apetece cuando estoy jodida,

aunque al mostrarme cariacontecida

sé que me arriesgo a quedarme sola.


Pues si eso ocurre, no me solivianto

hace ya mucho lo aprendí, cualquiera

está dispuesto para ir de bares.


Pero a la hora de enjugarte el llanto,

solo si una amistad es verdadera

pone su hombro y oye tus pesares.


martes, 1 de febrero de 2022

Cantando bajo el diluvio


Nadie sabe que existo. Ni siquiera

la paloma torcaz, que su alimento

de mi mano comió y hoy, volandera,

le muestra al aire su agradecimiento.


Las nomeolvides de la primavera

no florecen por mí, ni sopla un viento

propicio a que flamee la bandera

de mi sonrisa sin  comedimiento.


Qué venganza salobre,

aguasal sobre tierra maltratada,

es tentación de hacerse hoy mi llanto.


Pero por más que sobre

razón para lloverme, que anegada

muera la indiferencia ante mi canto.

Mala compañía


 

Esta también soy yo, la que persigo

por las aristas de la madrugada

fantasmas del ayer y hasta consigo

no salir totalmente ensangrentada.


La que busca en el fondo de su ombligo

cada pelusa que quedó olvidada

en tiempo de los godos y me obligo

a escribirle una oda entusiasmada.


La que sabe que tiene su enemigo

mayor dentro de sí y resignada

acepta ser el juez, el fiel testigo

y el reo de su error cada jornada.


La que debe vivir, me, mí conmigo,

siempre sola y tan mal acompañada.

Espejismo


 


Ni siquiera  confíes 

en lo que ven tus ojos.


Fragilidad,

impronta

de lo inefable que impone su presencia

en la estación del aire transparente.


Terneza que se clava

como astilla de vidrio en tu pupila.


Te duele ver la hierba

 a punto de quebrarse por  el peso

del caracol.


Descubre la verdad

el discurrir del tiempo, esa endeblez 

fue solo un espejismo.


Anida resiliencia

en cada humilde brizna que resiste

el sepulcral abrazo de la escarcha.

Insomnio


Pobres locos insomnes

los que tratan de huir de su pasado.


En tu peregrinar por los suburbios

del subconsciente en los tiempos muertos,

son sombra de tu sombra tus ausencias.


Los reflejos dorados

del recuerdo se vuelven más hermosos

cuanta más desventura en la añoranza

de su imagen ardiente nos prometen


Vano ejercicio de posibilismo

bucear en los pozos de hondura de la noche,

en busca de un fulgor al que exprimirle

alguna claridad que nos oriente.


Allí, donde a deshora abrazan su destino

las estrellas suicidas,

solo puedes hallar astillas lacerantes

de algún sueño estrellado.


Que nadie se lamente si el alba lo sorprende

con los ojos llorosos y el corazón reseco.


Con las manos vacías

y al alma ensangrentada.