Quién lo diría... que un río
con aguas tan cristalinas
transporte tantas toxinas
casi causa escalofrío.
Su montón de anfetaminas
y antibióticos a espuertas,
bien están, ni te despiertas
ni te duelen las anginas.
Dioxinas saco a saco
esteroides a granel
y después hasta el nivel
límite el diclofenaco.
o sea,a tutiplén
Voltarén.
Pero incluso así, inflamado
permanece el duodeno
del barbo, el ibuprofeno
debía estar caducado.
Y la carpa! Vaya espanto!
Cuánto cloro habrá tragado
que ha perdido el colorado
color que molaba tanto.
El mayor trastorno es
el que padece la trucha
que anda algo pachucha
y con el hígado al bies.
Y un revés,
cuánto estrés
sufre el cangrejo corriente
si se encuentra de repente
dos patas más que un ciempiés.
! o tres...!
Hasta que a un pez gordo ,acaso,
no se le caiga el prepucio
después de comerse un lucio
a la sal, nadie hará caso.
Farmacéuticas Reunidas
tienen poder y millones
para comprar opiniones
y adulterar nuestras vidas.
Que es cagarriduría
y se va a tomar por culo
el mundo, dicen que es bulo
de los de la ecología.
Ellos tienen soluciones
para bolsillos y gustos
con que ahorrarse los disgustos
cuando tienen tropezones.
El hombre es un bicho listo
que calcula y que sopesa
así, si hay una sorpresa
no le pilla de imprevisto.
Que la gente no se fía
de si está contaminado...
! Por qué poco, Ave maría,
forman tanta algarabía...!
! Total, comemos pescado
hoy de piscifactoría...!