sábado, 3 de marzo de 2018

No cesa



No cesa.

Este dolor no cesa.

Después de disolverse
a la llamada de la luz la niebla
en vapores traslúcidos,
de nuevo se condensan
en el cielo los negro nubarrones,
presagios de tormentas.

Este volcar el asco por la boca
no mengua.
Después de vaciarse
de palabras biliosas
la náusea sigue intacta.

No tiene nunca fin
-no recuerdo si tuvo algún principio-
este confuso oficio de tinieblas.

Un instante de luz
arrancado a la carne consumida,
que arde y llora a la vez
lo mismo que una vela,
y luego el fulgor negro,
en su impudicia lacerante y diáfana,
regresa.

Pasa la nube,
el Sol sale de nuevo
se olvidan las palabras,
los gestos, los motivos,
se acaba transformando la materia
y hasta la esencia misma de las cosas...

...la vida se disipa.

Pero el dolor,
difuso , agotador , omnipresente
por el largo rosario de las pérdidas
que hemos ido dejando en el camino,
no cesa.

Revuelo de pájaros



Hoy traigo el verso bronco

El alma en carne viva
se ha puesto su armadura.

La palabra
tiene un sabor metálico 
y es todo un suplicio
sentir como se obstina en aferrarse
al paladar reseco.

A rotundo badajo
de una vieja campana destemplada
movida al albedrío de los vientos
suena mi voz,
no hay forma
de saber si que repica
o a muerto va doblando .

Y aunque que su acento busque
con ambición la altura,
ser llamada a oración en la hora del Ángelus,
todo se queda en salvas
disparadas al aire.

En un temblor difuso
que trasmite emoción
y provoca un revuelo de amedrentados  pájaros.




miércoles, 28 de febrero de 2018


Tú ,
eres lo elemental,
la luz que llega
cada mañana a herirme los ojos y me obliga
a explorar mil colores deslumbrantes
plagados de sorpresas,
la sombra tutelar que cada noche
suavemente me envuelve en su abrazo de humo,
me abriga y me conforta.

Tú,
eres lo necesario,
la voz que me descubre
la esencia de la música,
la melodía inmaterial del agua
que acaricia mi piel incandescente
y le obsequia,
despacio,
sus plácidos rumores .

Tú ,
eres lo imprescindible,
la ilusión insensata que le da
un sentido a mi vida.

Tú,
el que tengo certeza de que existe,
cortado a la medida para ser
mi mitad, mi otro yo
en algún sitio.
O quizás existió
y fue creado
para pasar su vida esperando por mí
en otro tiempo.

Tú,
el único entre todos que merece
que  mi boca pronuncie con unción
esta palabra,
tú.

Aquel que me desnuda
de todos mis temores,
aquel a quien me entrego
vital y apasionada,
aquel , que aun sin quererlo, me me despoja
de mí y me posee.
Aquel que me aniquila.

Aquel que me redime


Aquel que solamente
puedo ver en mis sueños.


lunes, 26 de febrero de 2018

Mesa y mantel


Si algún día os dicen que me tragó el silencio,
pensad que era mi sino, pues siempre fui callada
y a quedar poco a poco en el limbo enclaustrada
yo misma me sentencio.

Total, no es tan dramático, me presta la clausura
el lugar resguardado, seguro y amoroso
que todos anhelamos,donde hallar el reposo
que cualquier daño cura.

En mesa a la intemperie yo ya probé la vida
y salí escarmentada de sufrir en mi cuero
su desmadre emotivo en forma de abrasiones

Sobre mantel de raso ahora me convida
a degustar retiros, no os extrañe si quiero
disfrutar bien la carta de mis contemplaciones.





Emociones en color


Hay emociones en color que nunca
se cansan de cantarle
su oda a la alegría
y alrededor irradian un halo iridiscente
que ilumina y allana los caminos
que debes recorrer.

Hay otras que destilan
un zumo reidor , que en los labios semeja
el gusto almibarado de un beso de amor,
que nos hacen la vida una aventura
feliz y apetecible

Algunas más nos hablan
de la virtud callada que construye
nuestro mundo en silencio
y nos lo pinta grato.

Apasionados rojos,
esperanzados verdes, que pregonan
futuros esplendores,
azules que se funden ondulantes,
amarillos que arden , crepitan y se ondulan
en una danza mágica y fecunda .

Y todos se desviviéndose
por ser a nuestras ojos
una nueva sorpresa.

Pero también existen esas otras
de vibración más fría,
que es mucho mejor no nombrar mucho,
no vayan a sentirse convocadas

Porque son tan oscuras
como boca de lobo,
que cuando aúllan vuelven
las noches un espacio atravesado
por todos los temores,
repugnante y odioso,
desvalido,
poblado de tinieblas.

Hay emociones en color,
yo elijo
cuáles viajan conmigo , a cuáles hago
un sitio en mi equipaje.

Cuáles dejo
arrumbadas, sin más, en la vereda.



Yo podría decir



Yo podría decir:
Llegó como un relámpago
y me inundó la vida
de luz y de tormentas”

Yo podría pintar
postales de pasión, iluminadas
con risueños colores,
trazadas con brillantes y ardorosas
pinceladas violentas. 

Pero nunca
lograría plasmar de qué modo feliz
cambió su advenimiento
mi paisaje vital ,
qué dulce cataclismo
supuso en mi existencia.

Yo podría contar:
Cuando se fue
cayó sobre mi frente
la noche más oscura
y en los ojos
se me apagaron todas las estrellas". 

Yo podría cantar
el lied más melancólico,
hasta hacer que en el aire se materializase
y que flotase en él, omnipresente
el olor que desprende noche y día
la flor de mi tristeza.

Pero jamás podría
trasladar el angor que me desgarra
el corazón por dentro
y de mi ser entero se apodera.

Yo podría llorar ,
pero las lágrimas
no podrían llevarse hacía el mar del olvido
el río incontinente de mis penas.

Yo podría callar,
pero reviento
si no es que a puro grito   arranco y desalojo 
  del interior pecho la tortura
del  caudal de dolor que me atormenta

Por eso es que procuro,
desde el borde perpetuo de la náusea y su espasmo,
escribir mi verdad, regurgitarla
verso desnudo a verso dolorido.

Yo podría decir...
pero me vierto,
palabra tras palabra ,
en el poema.






domingo, 25 de febrero de 2018

Viejo truco



De silencios de labios congelados ,
que esperan anhelantes, 
masticando tristeza y soledad
está lleno el infierno.

Pero podemos intentar el truco
más viejo de la audacia,
hacer que la moneda
dé la vuelta en el aire
y siempre salga cara, trastocando
el orden de las cosas

Porque la soledad nos hace libres.

Y los silencios pueden
llenarse de sentido, transformarse
en el germen de todos los sonidos
en la ocasión perfecta
que esperaba la música esencial,
la que nos bulle dentro,
para manifestarse.

También hay un silencio
sonoro y creador que nos devuelve
nuestra hermosa armonía .

Y una soledad
que no nos intimida y nos acerca
a nuestro ser más íntimo.

Allí donde es posible
recrearse
y al tiempo recrearnos
tal como alguna vez, quizás, nos ideó
un dios más maternal,
menos terrible.

Y saber que si nunca
llegaremos a ver el cielo prometido,
al menos sí podemos atrevernos
a llegar a soñarlo.