jueves, 4 de julio de 2019

Instante elemental



En este instante sí,
en este instante puedo
ensimismarme
en la simplicidad tan placentera
de dejarme fluir,
mientras escucho
como ponen los trinos de los pájaros
contrapunto a la acústica del río.

Crecer el rumor del agua
también dentro de mí
y me devuelve
a aquel tiempo inefable en el que me sentía
en comunión con ese mundo líquido,
descuidado y feliz,
al que el grito no llega,
donde el miedo se acalla
y las penas se ahogan.

Donde solo se trata de apurar este sorbo
de quietud y dulzura,
que la vida te brinda tan generosamente
.
Y soñar con que existe
el presente perfecto.

Ese que no termina
jamás de evaporarse

Que, como la sonrisa del rostro de tu madre
ha logrado vencer las servidumbres
del tiempo y el espacio,
y sigue siendo luz en tu memoria,
este momento elemental e insólito,
aderezado de candor y magia,
en cualquier latitud del infinito
ha de quedar grabado para siempre.




Infiel


Respirar acostumbra,
pero el aire no es tuyo.
Ni tampoco esa pizca de fragancia
que te enerva la sangre
y que le inspira
a tu pecho un suspiro.

Solo es tuyo tu miedo.

Ese que va a galope por las venas
buscando callejones
en los que no penetre ni la luz de la Luna,
donde olvidar su filo de navaja
y apostar al olvido.

¿ Habrá algún otro modo
de desbravar la vida,
de burlar en furor de sus embates
que no sea dejándose llevar por su corriente?

Es tan fuerte su abrazo
que acabas por ceñírtelo a tu piel
sin darte cuenta
de que que está cincelado en tu adeene
serle fiel hasta el último sollozo
y en el suyo engañarte.
Nada se puede hacer,
si no es adorarla y amarla hasta el final
apasionadamente.

Sin pensar en que ella
cualquier día de estos , tal como estaba escrito,
habrá de abandonarte.