En este
instante sí,
en este
instante puedo
ensimismarme
en la
simplicidad tan placentera
de
dejarme fluir,
mientras
escucho
como
ponen los trinos de los pájaros
contrapunto
a la acústica del río.
Crecer
el rumor del agua
también
dentro de mí
y me
devuelve
a aquel
tiempo inefable en el que me sentía
en
comunión con ese mundo líquido,
descuidado
y feliz,
al que
el grito no llega,
donde
el miedo se acalla
y las
penas se ahogan.
Donde
solo se trata de apurar este sorbo
de
quietud y dulzura,
que la
vida te brinda tan generosamente
.
Y soñar
con que existe
el
presente perfecto.
Ese que
no termina
jamás
de evaporarse
Que,
como la sonrisa del rostro de tu madre
ha
logrado vencer las servidumbres
del
tiempo y el espacio,
y sigue
siendo luz en tu memoria,
este
momento elemental e insólito,
aderezado
de candor y magia,
en
cualquier latitud del infinito
ha de
quedar grabado para siempre.