La luz siempre es igual,
la misma y transparente
vitalidad que clama su inocencia,
llamando a tu ventana .
Anunciando que,
presta a sorprenderte
con alguna ocurrencia singular,
-aunque no esté tu cuerpo para según qué trotes-
un nuevo día llega
La luz siempre es la misma ,
y sin embargo
hay algo en la de hoy,
una especie aura espectral y gélida
que te provoca un hondo escalofrío.
Es un augurio
de que estás por llegar a la línea que marca
la última frontera.
Se niega a traspasarla
el pie,
siente la duda
de la carne que pugna por seguir
sujeta a los estigmas y los goces
de su naturaleza sensitiva.
El corazón, en cambio, está ya a punto
de rendir al cansancio su latido.
Y el alma hace ya tiempo
que está del otro lado.