viernes, 19 de junio de 2015

El canto del cisne


Ya no me quedan pájaros ni flores,
ni afónicos ni lánguidas siquiera,
con los que disfrazar de primavera
la estación otoñal y sus rumores.

Se me fueron durmiendo los olores
sobre la piel, soñando la quimera
de la brisa de un tacto, vana espera
en esta estepa de los desamores.

Pero aun así me sobra el desvarío
suficiente en la voz, y si Dios quiere,
he de engañar el tránsito hacia el frío.

He de arroparme el alma con un cante
dulce y triste, muriendo como muere
un cisne, hecho lamento deslumbrante.




Amorcillo


Todos te quieren cerca, cualquiera entregaría
su alma al mismo diablo
por sentir en su carne tu venablo,
aun desconfiando de la puntería.

Luego no pidan árnicas, no están en sus cabales,
milagroso es que acierte
un chicuelo que a ciegas se divierte
jugando a emparejar los desiguales

De pálpito en litigio
de pasión en olvido, de fervoroso a infiel
a pulso te has labrado el desprestigio.

Por eso ahora, amor,
a quien aún te canta le endilgan el cartel
de mal poeta, loco y fingidor.


martes, 16 de junio de 2015

En el desván


A veces, cuando menos te lo esperas,
mientras haces limpieza , entre los chismes
que fuiste acumulando en tus armarios,
te encuentras un tesoro.

Una concha de nácar
que conserva impoluta la memoria
del reflejo en el agua del fulgor de la Luna
del rumor de las olas al besar las arenas,
del sabor salitroso e intenso de una boca ,
las dulces sensaciones
de los últimos días de un verano,
gozados junto al mar.

El relicario
de una foto amarilla que rescata
la imagen de aquel tiempo en el que era
vivir confiadamente
el único argumento concebible,
reír lo cotidiano,
soñar lo natural.

Un libro de poemas
de páginas gastadas , tatuadas en sus márgenes
con rojos corazones ,que sirve de sepulcro
a un par de pensamientos disecados,
tan frágiles que el roce
de la luz puede herirlos.

 Y ocurre, por ensalmo,
que en  el baúl que guardas 
en el desván más íntimo y secreto,
donde  también has ido postergando
aquellas emociones
que sin saber por qué consideraste  inútiles,
un algo se remueve.

Se sacuden el polvo
los recuerdos que fuiste atesorando
en previsión de épocas mucho menos felices
y suben hasta el pecho, livianos como plumas
brillantes como gemas facetadas
que todo lo que tocan
liberan y embellecen.

Y el peso de este día
se aligera hasta casi lo asumible.

Y sabes que tu labio
podrás prestarle al canto sin el miedo
de que tu voz se quiebre.

Que en cada si bemol hoy no vendrá a asaltarte
a traición una esquirla de tristeza

domingo, 14 de junio de 2015

Dura de roer


No hizo falta un cuenco,
entre las manos
brillaban las cerezas.

Su carne deliciosa y apretada
fue royendo la vida tenazmente.

Hoy reclama un dentista...

!Qué se joda!

!No puede con lo terco de los huesos!