viernes, 28 de agosto de 2015

Tiempo de gerundios





Es este
un tiempo   que malcría
y siente devoción por los gerundios  .

Abrumador, 
baldío,
empantanado
    en mitad de un presente en punto muerto,
 bueno para perderse 
lucubrando  en las miasmas de nuestras  más floridas
 alegorizaciones.

Para pasar las horas
 mirando   como    el cielo   varía su paisaje
de  infinitos azules   
mientras   lo van surcando las nubes alineadas
como flotas que parten con sus velas al viento
en busca de otras tierras que saben más feraces
y más apasionadas por la lluvia.

Cómo se desinhiben las palomas ,
inundando la atmósfera dorada de la tarde
de cálidos arrullos ,
celebrando felices que retornan al nido.

Yo me quedo envidiando su  sencillo alborozo 
y  sus plumas ligeras

Y soñando  que existen   la alegría y las alas.

Y sintiendo que yo también sabría 
reír y desplazarme  libremente
si me deshabitasen las inercias 
de sus conspiraciones.

Y pensando    que pienso en imposibles

Y dejando, 
por pura proflaxis, 
de  pensar.

De sentir.

Solo escucho un cansado corazón
que va desfalleciendo en su latido.