Largamente
esperé que me nombraras
con
dulzura en la voz de caramelo
y que
la compulsión de un hondo anhelo
así me
declararas.
Noche y
día recé por que escucharas
mi
canción y su ritmo hecho revuelo
de
palomas torcaces sobre el cielo
dichoso me imitaras .
Acompasar
suspiros y empeñarme
en un
latir a dúo en armonía
era, hoy lo comprendo, un desatino.
Solo
espero que puedas escucharme
entonando
de amor una elegía
y veas
de qué modo llorando desafino