Retornar
al ayer nos cuesta tanto...
Ni una brasa salvé de aquella lumbre,
la transformó en cenizas la costumbre
y la aventó a conciencia el desencanto.
Ya no araño un destello de ese manto
que cubrió la ilusión de hollín y herrumbre.
Si vuelve Mayo, es con su muchedumbre
de siemprevivas sobre el camposanto.
Un designio diabólico se esconde
tras la tensión infame de la seda
que obliga a regresar sin saber dónde.
A un lugar en que antes no estuvimos,
empeñando la fe que no nos queda
por volver a no ser lo que no fuimos.
Ni una brasa salvé de aquella lumbre,
la transformó en cenizas la costumbre
y la aventó a conciencia el desencanto.
Ya no araño un destello de ese manto
que cubrió la ilusión de hollín y herrumbre.
Si vuelve Mayo, es con su muchedumbre
de siemprevivas sobre el camposanto.
Un designio diabólico se esconde
tras la tensión infame de la seda
que obliga a regresar sin saber dónde.
A un lugar en que antes no estuvimos,
empeñando la fe que no nos queda
por volver a no ser lo que no fuimos.