jueves, 24 de diciembre de 2015

Ya es Diciembre


Ya es Diciembre...Nuevamente
tiene el aire ese inefable
olor que entibia el ambiente
y dibuja un gesto amable
en el rostro de la gente.
Hay un cascabel que suena
alegre en el interior 
de cada persona buena
en una clara y serena
invitación al amor.

Ya es Diciembre...Inevitable
llega desde la distancia
la nostalgia insobornable:
el recuerdo de la infancia
con su inocencia entrañable.
La ilusión, nunca borrada,
del tiempo en dicha vivido,
la ausencia nunca olvidada,
la herida,nunca cerrada,
de aquellos que ya se han ido.

Ya es Diciembre,el aura pura 
que seduce al corazón
y lo inunda de ternura,
nos deja una sensación
en la boca de amargura.
Y es que, quien más y quien menos
tiene un peso en la conciencia
por el mundo que tenemos:
risa de pascua , sabemos,
es poco más que  apariencia.

Ya es Navidad, pero eso
no le da alegría al niño
que duerme sin pan ni beso,
ni al anciano sin cariño,
ni al refugiado ,ni al preso...
Ni vuelve sensible al fiero
alquimista de la guerra
que troca sangre en dinero,
ni hace del lobo  cordero,
ni trae justicia a la Tierra.

Navidad no es lo que brilla
en papel dorado o luce
 en la festiva bombilla,
tiene luz propia y reluce
en la mirada sencilla
Navidad no es la canción,.
ni aun ni siquiera la ensalma
al Niño, no es polvrón,
ni pavo ,vino o turrón,
Navidad, vuelco es del alma.

Navidad es hallar modos
para lograr que este mundo
sea  hogar sin incomodos,
feliz, tranquilo y fecundo
en el que quepamos todos.
Navidad es tender manos, 
bien sentada la premisa
de que los seres humanos
por serlo, son mis hermanos
y les debo una sonrisa.

Navidad es colocarse
en la piel del diferente
y llegar a imaginarse
el modo en que él se siente,
cuando no logra integrarse.
De ligerezas mundanas
despojarse, y de  egoismo,
dejarse de excusas vanas,
echarle todas las ganas
y regalarse a sí mismo.

Ya es Diciembre, nuevamente
en las utopías creo
con fe ciega y , de repente,
mi pregunta, hecha deseo,
escapa al cielo ferviente:
¿ Por qué, si en su mayoría
tiene buena voluntad
el hombre, es que cada día,
con lo hermoso que sería,
no amanece en Navidad