sábado, 6 de febrero de 2016

Estrategia


Nunca conviene hacerse 
demasiadas preguntas.

Es mejor contentarse con dejar
que la mirada vaya resbalando
sobre  lo obvio ,
sin profundizar
en qué  angustia  o qué duda  
 sobre el aire levitan .

Habrá que acostumbrarse
a ver pasar delante de los ojos
los fantasmas del tiempo
sin acusar recibo.

Dejarlos resbalar
como quien ve caer la lluvia mansamente
detrás de los cristales
sin reparar en cómo va dejando
el paisaje impregnado de tristezas.

Es peligroso hacerse 
demasiadas preguntas
en un mero ejercicio dilentante
de  cultivar cinismo, 
y aún  más
cuando ya se conocen las respuestas.

Se impone la estrategia  milagrosa
de la estupefacción autista  en la burbuja 
del buen sobreviviente.

Hoy por hoy, lo sensato se reduce
a no pensar si habrán
o no otros mañana.

A respirar , a ver volar los pájaros
y a agradecer la vida.

A  fabular que ayer
 acaso en un momento luminosos
te sonrió la suerte.

E incluso 
 , sin saberlo,
  quizás fuiste feliz






Surcos



No quisiera dejar , en un momento
de euforia irresistible y arrebato,
  de mí un angelical autorretrato
sin rastro de ningún deslucimiento.

Me basta con usar como  alegato
de mi existencia el único  argumento
de que soy, vibro, sangro y nunca miento
cuando en mis versos plasmo su relato.

Por más que  todos saben cómo aprieta
la vida muchas veces y el semblante
nos va dejando cariacontecido.

Prefiero dibujarme sin  careta,
y arriesgarme a  mostrar de cada instante
 el surco  emocionado y dolorido.

Recobra su sentido
  recordarse pulsátil  arcilla en la que imprime
cada arruga su estigma y al tiempo  la redime.



viernes, 5 de febrero de 2016

Liebre por gato



Suelo enseñar de mí un trampantojo
caricaturizado , el mal retrato
con que intento apagar  el arrebato
 de la parca ,que  mira de reojo.

Es solo un mal menor lo poco grato
que resulta el patético manojo
de miserias que muestro,si su antojo
disuado y voy burlando su maltrato .


E incluso hacer pasar por pardo gato
la liebre , si con ello  descongojo
la  delicada voz del petirrojo
que se esconde en el pecho timorato.


La que a la vida canta un alegato
y descubre el encanto de un corazón al rojo.