miércoles, 14 de junio de 2023

Carretera adelante







Encendido crepúsculo,

amable hora en calma. 


Embebida en tu hechizo, se podría decir

que casi se hace amena la ruta y sus pequeños

placeres sorpresivos.


Agradece la vista

el poder dilatarse en las ondulaciones

de este mar de trigales, donde bogan alegres

amapolas danzantes.


Y resulta un regalo

este soplo de brisa que acaricia tu rostro

y te llena de euforia.


Lo sensato sería

dejarse arrebatar por la ilusión

de que vas al volante, de que tienes sujeto

tu destino en tus manos

y seguir disfrutando de viaje y carretera

mientras el cuerpo aguante.


Sin volver a poner

esas viejas casetes, en las que cada nota

evoca otros paisajes teñidos de nostalgia.


La música de siempre,

la que suena por dentro,

la que a emoción y a sangre se acompasó al latir

e inevitablemente te obliga a la querencia

de fijar la mirada en el retrovisor

más tiempo del preciso.


Mientras la vida pasa delante de tus ojos.


Y no consigues verla.


Horizontes perdidos,

que no fueron imagen en ninguna retina.


Que no dejarán huella en ningún corazón

cuando muera la tarde.