La lluvia diluyó nuestras pisadas
sobre el polvo que puebla aquel camino
que recorrimos juntos, en el que apenas quedan
más que flores ahogadas y esperanzas marchitas
más que flores ahogadas y esperanzas marchitas
Acaso llegue un tiempo
en que ya no recuerdes mi rostro ni mi nombre,
que ni siquieras sepas
por qué de cuando en cuando tu boca se estremece
al notar que echa en falta un tacto y un sabor.
Que te olvides de mí
resulta previsible.
La vida no perdona lo caduco
y va pidiendo paso la urgencia que reclama
un nuevo amor sin rastro de reservas,
que acelere el latido,
maquille de colores las mañanas
y a las noches las vista de pasión.
Que te olvides de mi es lo sensato
No conviene llevar
tatuadas efemérides de hierro y calentura
sobre las cicatrices.
Hay que dejar espacio
para que corra el aire y se avienten
los últimos resabios de amargores
que habitan la memoria,
para crear vacíos anhelantes
de que llegue a colmarlos la ilusión.
Que te olvides de mí
es lo más natural ,
no hay cuerpo ni hay espíritu que aguanten
cuatro siglos rumiando pesadumbres.
Por eso, si me apuras,
que te olvides de mí sin advertirlo
es algo, más que nada, profiláctico.
no hay cuerpo ni hay espíritu que aguanten
cuatro siglos rumiando pesadumbres.
Por eso, si me apuras,
que te olvides de mí sin advertirlo
es algo, más que nada, profiláctico.
Que te olvides de mí, de igual manera
que yo, un día sí y otro tampoco,
estoy ya casi a punto de olvidarte.