sábado, 12 de marzo de 2016

Palabras



Las palabra son lúdicas, celebran
estallando en metáforas lo pura
que hoy se muestra la luz, la desmesura
de espléndidos colores que la afiebran.

Las palabra son frágiles, se quiebran
por cualquier nimiedad,por la fractura
en el tacto del aire, que aventura
sollozos   que escondidos lo atenebran.

Las palabas son duras y resguardan
pasiones  sin cuartel en su apogeo
debajo de una túnica de amianto.

Las palabra son música y aguardan
que un corazón escuche un tintineo
de inspiración y las transforme en canto.

Todas tienen su encanto,
todas merecen una poesía....
Sin ellas, nuestra vida , poetas,¿ qué sería?


Misión posible


Hoy al hablarme he notado
en tu voz esa inflexión
que produce la impresión
de alguien que está acongojado.
Tú sabes ,mi bienamado,
que siempre has sido mi Sol
donde , como un girasol,
hallo alegrías seguras
y que  perdida y a oscuras
me quedo sin tu arrebol.

Quisiera creer  que el cielo,
si no es utopía , existe
solo porque encuente el triste
 en su esperanza consuelo.
Tengo por único anhelo
volverte a ver sonriente,
transformarme en el viviente
lugar de nube y de  tul,
leve y pintado de azul,
donde tu penar se aviente.

Pretendo llegar a ser
de tus lágrimas pañuelo,
cuento amable en tu desvelo
y luz de tu amanecer.
Ver de nuevo renacer
en tu pecho la ilusión
prometo hacer mi misión
y dar por tal cometido
hasta el último latido
que quede  mi corazón.

jueves, 10 de marzo de 2016

Impotencia


Yo quisiera
alfombrarte de un Sol  hecho de  almíbares
las alamedas por las que  tus pasos
habrán de deslizarse,
 embalsamar el aire   que respiras 
con aromas de mirtos y jazmines
 y  amenizarte el tedio del camino 
dejándome la voz
en devanar arpegios que recuerden
el rumor de la lluvia.

Yo debiera
decirte la verdad, que el mundo tiene
los labios contraídos por el odio,
los ojos    enturbiados  por la envidia
e inhóspito ,
glacial como la tundra ,
duro  como el granito, el corazón .

Pero hoy por hoy me callo,
sé lo poco que valen las palabras
  para sembrar cordura en los pechos ajenos,
 que  solo escarmentamos
a golpe  de experiencia en carne propia.

Ya llegará la vida 
a contarte  a los gritos sus secretos
y a volverte más lúcida y serena.

Hoy  por hoy, 
sólo puedo admitir  cómo me abruma
sentirme esta amalgama de temores,
 de  impotencia y amor.

Y volcarme en hacer
lo sencillo y posible:
contarte cuentos donde por costumbre
vencen siempre los buenos...

Velar tus sueños  y rezar en vano
por que llorando nunca te despiertes