Estuvimos
tan cerca...
Si
sentimos
como
sobre la punta de los dedos
nos
brotaban los nardos
dispuestos
a otorgarse como presente lúdico,
como
sobre la piel
se nos
volvían hambre las ausencias
mientras
iban entrando en resonancia
tu
música y la mía.
Si no
en balde
convinieron
a dos los corazones
en
inventar lenguajes con que hablar en silencio
Y casi
me entregué...
Si ataviada
con mi
traje de albura y mi sonrisa
de
convocar domingos y obligarlos
a
bailar al compás que marcan mis caderas
aposté
mi ilusión,
desnuda
en cada esquina quebrantada en penumbras,
con la
esperanza de que allí acudieses,
caballero
de sombra,
un día
a reclamarme.
Y casi
me tuviste...
en el
suspiro
aquel
desmadejado
que en
la tarde que iba consumiéndose
sobre
la luz nostálgica ,
porque
pensaba en ti,
le
entregué al aire.