sábado, 20 de enero de 2018

Trueque


Yo sé que todavía hay en tu corazón
un pequeño escondrijo en el que con usura
atesoras intacta la pizca de ternura
que tan imprescindible resulta a la emoción.

Quisiera ,ingenuamente ,hacerme la ilusión
de porque no la hiera la vida, que es tan dura,
en un pozo cegado , sumida en su negrura,
la guardas , más que nada, por mera precaución.

Pero de mí ¿  Recelas ? ¿Es que no ves que llego
a ti sin artificios ? Sobre  mi mano, inerme,
un corazón de espuma es mi única daga.

Trémulo e  indefenso , tal cómo te lo entrego,
el tuyo enamorado debieras tú ofrecerme
si es verdad que el amor con el amor se paga




miércoles, 17 de enero de 2018

Alboroque


Ojala yo tuviese
albricias confitadas ,
carantoñas de anís, besos con jugos
de las cerezas en sazón del Jerte
que pueden provocar ciertos sonrojos,
Filigranas de azúcar
peladillas de versos que se adueñan
de todos los colores,arropías
de palabras nacidas en el nido
que no sabe que guarda el corazón

¿ A quién he de pagarle el alboroque
por este amanecer sobre Noviembre
vestido en transparencias y en premuras
como trinos de pájaros en celo?

¿ A quién le debo el gozo inesperado
que hoy me exalta y me azora?

De esta bendición que me redime
de las nieves tempranas,

Del celaje de bruma que se empeña
en posarse mis ojos.

Hasta los mismos miedos
que me acosan a diario y trastocan
el sosiego del alma
han huido de mí.

Ha bastado el calor de una sonrisa
y una mirada afable
para obrar  el prodigio.

De tal modo,
con la misma intención de ser un bálsamo
en reciprocidad te la devuelvo.

Es de sobra sabido
que amor únicamente se paga   con amor. 






Daño menor

Amanezco
un poco más confusa cada día.

Obligada a vivir en un tiempo difuso,
habitando un espacio
que se achica y se angosta.

Condenada a sentir
e incapaz de ordenar mis sentimientos.

Exhausta de afrontar,
con las manos desnudas y el corazón indómito
el desafío agotador y absurdo
que la vida , batalla tras batalla,
a diario nos presenta,
sabiendo que la guerra, de antemano,
  la tienes ya perdida.

Ya no sé si es juicioso
mirar la luz de frente
o es lo más sensato cerrar los ojos bien
y regresar al cálido abrigo de la oscuro.

Allí donde se vuelven
los perfiles amables
y casi ya no duele ni perturba
la voz de la verdad.

Dedicarse a sacarla ,
como un hilo de frágil seda virgen,
del escondrijo oscuro en el que anida
y a tejerla
hasta formar en torno a ti un capullo
en que vivir a salvo.

Aceptar tu destino de crisálida
como daño menor en tanto llega
una estación de rostro más benigno.

Aquella en la que puedas olvidar lo que fuiste
y saber por instinto el modo de volar.